
Desde el 6 de julio y hasta el 6 de noviembre el Museo Nacional de Escultura nos ofrece la oportunidad de descubrir la belleza y el esplendor de un movimiento escultórico desarrollado en el sur de Alemania en torno a 1500.
Unas décadas de efervescencia histórica, social, ideológica y religiosa, que antecedió y convivió con la llegada del luteranismo. Coetáneos a Durero, maestros como Erasmus Grasser, Veit Stoss, Tilman Riemenschneider, Hans Thoman o Hans Leinberger crearon en sus talleres imágenes de una contenida expresividad religiosa, de gran fuerza plástica y de unos delicados volúmenes y un fino tallado gracias al uso de la madera de tilo.
Imágenes y composiciones religiosas que decoraban iglesias, espacios domésticos y urbanos, emocionando el corazón del creyente que encontraba a Dios en la misma contemplación de estas obras.

Con la llegada del luteranismo, hacia 1520, muchas de estas obras de arte fueron destruidas. Surge una nueva espiritualidad que busca a Dios de una forma íntima y personal, donde la escultura no tiene cabida, es condenada, es solo una quimera que desorienta al fiel en el camino hacia Dios. Consecuentemente, la escultura se alejó de la religión, con un desarrollo de temas profanos y civiles.
A través de esta exposición compuesta por más de un centenar de obras procedentes del Bode Museum de Berlín, uno de los museos de escultura más ricos y antiguos de Europa; el Museo Nacional de Escultura nos invita a descubrir este periodo de desasosiego espiritual y contemplar los últimos fuegos góticos de la escultura religiosa en Alemania.
INFORMACIÓN PRÁCTICA:
- Fechas: del 6 julio al 6 noviembre de 2016
- Entrada gratuita
- Para ampliar información
- Dossier de prensa
- Imágenes de la exposición