Javier Arnaldo
No es exacto hablar de las obras de arte como textos de lenguaje visual, pero es un símil que nos vale para aludir a la especificidad que requiere su lectura, en cuyo comentario necesitamos muchas veces servirnos de su adecuada contextualización. En 1995, tres años después de ser inaugurado el Museo Thyssen-Bornemisa en Madrid, su entonces conservador-jefe, Tomàs Llorens, inició la línea de exposiciones temporales “Contextos de la Colección Permanente”. Se trata de un formato de exposición que ha tenido una continuidad ininterrumpida en los programas del Museo hasta la actualidad y que seguirá editándose en el futuro. Son veintidós las exposiciones de este tipo que se han realizado en el Museo desde entonces. Lo que en 1995 se aportaba como fórmula original ha tenido una capacidad de implantación sobre la que merece la pena reflexionar.